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Lizet, con paciencia y coraje, enseña a producir ciruelos
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- Fundación FAUTAPO, Regional Chuquisaca
Lizet Menacho Gutierrez es una mujer ejemplar que sobresale en un trabajo considerado “para hombres”. Ella es docente de la Carrera de “Producción de Ciruelos” en el Centro de Educación Alternativa (CEA) “Nuevos Horizontes” que está en Alto Seco, municipio de Vallegrande (Santa Cruz) y, en su trabajo, se siente orgullosa de formar fruticultores(as), además de contribuir en la implementación de pequeñas empresas productivas.
Las comunidades de “El Peñón”, “Rancho Novillero”, “Santa Elena”, “Jaboncillo”, “La Cruz”y “El Naranjal” distantes entre sí, entre tres y veinte kilómetros, son testigos de su dedicada labor y su buen humor a las cuales visita para enseñarles sobre el cultivo del ciruelo. “Al principio mi pareja me llevaba a la primera comunidad, de madrugada y en la moto, pero como él también tenía que trabajar ahí me dejaba… pero bueno, yo con mi mochilla debía caminar 10 Km. o más hasta llegar a otra comunidad. Ni con los pies con ampollas me di por vencida pero luego aprendí a conducir tremenda moto…es cuestión de proponerse y no tenerle miedo”, expresa Menacho.
Lizet entre muchas de sus anécdotas nos cuenta que tuvo que vencer muchos obstáculos, principalmente por su condición de mujer y a pesar de haber estudiado ingeniería en Costa Rica. “Al principio veía en los productores desconfianza, pero poco a poco les he demostrado mi capacidad…hasta les he enseñado puntualidad y respeto porque a mis clases de los miércoles vienen marido y mujer, porque ambos se hacen cargo del huerto y ambos tienen que aprender, nada de discriminar. Yo creo que hemos creado un ambiente agradable, no digamos que ya no hay machismo, pero al menos se discute y reflexiona continuamente sobre el tema de género que nos ha servido para acércanos más a la equidad”, explica contenta sobre sus logros.
En Alto Seco se han implementado 15 huertos de producción de Ciruelos, cada productor cuenta con media hectárea, es decir unas 416 plantas por productor que actualmente están en etapa de crecimiento y formación. Se estima que en un año más den sus primeros frutos; pero Lizet nos cuenta que todavía hay mucho que hacer con los participantes de esta carrera como el aprender y trabajar en la poda, la fertilización, los tratamientos de invierno, el riego, el manejo, etc. “Me gusta mi trabajo y, sobre todo, el reconocimiento que me dan mis participantes cuando me esperan en sus huertos con todo su cariño… a veces con una sopita de pollo”, dice Lizet.
Alto Seco empieza a ponerse verde, florece y estamos seguros que darán deliciosos ciruelos, mientras Lizet transfiera su energía y conocimientos.