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Concluye el XLIII Congreso Internacional de la Federación Internacional de Fe y Alegría, EDUCACIÓN INCLUSIVA Y SUS DESAFÍOS
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- Fe y Alegría
Hablamos de sociedad incluyente en un mundo que hoy es excluyente, hablamos de la educación de las personas excluidas, pero tenemos que educar a las personas incluidas para abrir paso a una sociedad auténticamente justa, plenamente incluyente
P. Jorge Cela S.J., Presidente de la CEPAL.
Estas palabras pronunciadas por el P. Jorge Cela, Presidente de la Conferencia de Provinciales de América Latina y Caribe, muestran dos de los ejes sobre los que pivotan las conclusiones del XLIII Congreso Internacional de la Federación Internacional de Fe y Alegría que se clausuró el pasado viernes 9 de noviembre en la ciudad de Cochabamba, Bolivia.
Lea en este enlace el discurso pronunciado durante la inauguración por el General de la Compañía e Jesús, P. Adolfo Nicolas.
Recién nombrado General fui invitado pero no pude asistir al Congreso 34 de FyA que se celebraba en Lima. Hoy me complace poder atender su invitación.
En la Congregación General 35 en el decreto sobre la “Colaboración al centro de la misión”, los jesuitas reconocíamos a FyA como una obra de la Compañía que ha llegado a tener características de red internacional, gracias a la colaboración con otras congregaciones religiosas y miles de otras personas.
Por ello me es muy grato tener la oportunidad de demostrar mi aprecio a FyA, obra de la Compañía y de la Iglesia en la que comparten una única misión 44.000 laicas y laicos, 900 religiosas y religiosos de los cuales sólo 100 son jesuitas.
Esta misión nace en Venezuela en 1955 por la acción pastoral universitaria del P. José María Vélaz y la desinteresada entrega del trabajador Abraham Reyes y su esposa Patricia, quienes entregan su casa, que estaban construyendo para su familia de 8 hijos a base de los ahorros de 7 años, como primera escuela del popular barrio de Catia en Caracas.
He podido ver y comprender algunas de sus escuelas, colegios y centros de promoción en los diversos países que he visitado del Caribe, Centroamérica, y América del Sur. Sé que están con mucho dinamismo en el Chad (África) y con misiones muy específicas y solidarias en España e Italia. Cuando era responsable de Timor Oriental, tuve la agradable visita de los Padres Aristorena y Agustín Alonso para explorar líneas de colaboración con Fe y Alegría en Timor. Incluso en mi casa General de Roma hay jesuitas que dedican tiempo y mucho corazón a este Movimiento!
He recibido de ustedes muchas preguntas, elaboradas inicialmente por su Consejo de Directores Nacionales y sintetizadas y propuestas por la Junta Directiva. Todas me parecen sumamente importantes. Preferiría más bien escuchar que hablar, porque es la primera vez que vengo a su casa y desearía aprender muchas cosas de ustedes. Pero, como sé que tienen muchas inquietudes, incluiré algunas de las cuestiones que me han propuesto en las pocas y pobres reflexiones que presento ante Ustedes.
Congreso:
Percibo que la estadía de todos nosotros en este recinto está preñada de gran significado, pues sin desmerecer la actualidad y pertinencia de los anteriores congresos, el tema del presente “Educación Inclusiva y sus desafíos” es la puerta de entrada, la actitud y la orientación fundamentales para poder dar la formación humana necesaria hoy día en que vivimos la pluralidad y la diversidad de una manera mucho más explícita y dramática que jamás en la historia. Necesitamos estar atentos a la diferencia, tanto individual como colectiva, a la diversidad de culturas y religiones para que todas y todos se sientan acogidos con dignidad. Al interior de nuestra misión global nos conforta y nos evangeliza verles junto a otras obras en las fronteras, casi siempre conflictivas, de las culturas marginadas y de la pobreza excluyente.
Hace apenas cuatro meses nos reuníamos en Nairobi (Kenia) unos 110 Jesuitas, elegidos en su gran mayoría como representantes de sus Provincias para reflexionar sobre el momento presente de la Compañía de Jesús. Leyendo los informes escritos por estos representantes y las actas de las Congregaciones Provinciales me había llamado la atención la imagen emergente de vitalidad apostólica, de generosa dedicación de los jesuitas y de las personas colaboradoras en la misión, y percibir los rasgos de unas instituciones y ministerios vivos y fuertes que siguen influyendo significativamente en la vida de las personas a las que servimos. Y naturalmente, cosa muy importante: No sorprende en absoluto que la educación, a todos los niveles, siga siendo un sector apostólico fuerte y dinámico. Me resultaba especialmente esperanzador ver que en muchos lugares de la Compañía la educación de los pobres supone un empeño prioritario. Así sucede entre otros lugares, en Asia Meridional, Latinoamérica y los Estados Unidos.
Plataformas y Redes:
Me preguntan sobre la importancia que tienen hoy día las plataformas apostólicas y las redes institucionales e interinstitucionales. Ustedes tienen en la Federación Internacional de Fe y Alegría una respuesta contundente a su propia pregunta, ya que FyA ha sido una institución pionera en el trabajo en red y gracias a ello tiene un enorme potencial operativo y ofrece una gran variedad de programas federativos de alta calidad, que ayudan a mejorar y diversificar la oferta educativa de todas las unidades Fe y Alegría, en sus diversos niveles.
Es evidente que en los últimos años hemos sido testigos de un notable desarrollo de las redes apostólicas en la Iglesia, en las Provincias, en las Conferencias e incluso entre diversas Conferencias jesuitas. Resulta interesante ver cómo surgen redes no sólo dentro de un mismo tipo de apostolado, sino también otras que unen diferentes apostolados, sea constituyendo plataformas apostólicas, sea diseñando proyectos comunes o compartiendo estructuras de apoyo, tal como, por ejemplo, está sucediendo con la ecología y la migración, que ponen en relación centros sociales, escuelas, parroquias y centros de espiritualidad.
Me consta que FyA no es ajena a fortalecer el tejido de red y no sólo al interior de la Compañía sino también con otras Congregaciones Religiosas, grupos laicos, e instituciones civiles locales e internacionales. Prueba de ello es la presencia acá de CPAL, FLACSI, AUSJAL, el sector social , la Red Global Ignaciana de Incidencia, los Cristo Rey Schools, organizaciones empresariales solidarias, instituciones de los estados nacionales, organizaciones no gubernamentales, cadenas de comunicación latinoamericana de gestión privada y no-gubernamentales, sin mencionar redes al interior de la propia FyA y el propio concierto de las 20 FyA nacionales. El trabajo en redes de la Compañía de Jesús, o mejor dicho, dada la amplitud que van adquiriendo, de la Iglesia y la sociedad, se hace posible por la disponibilidad de las personas, por la decidida voluntad de articular obras; y debe llegar incluso al generoso nivel de compartir recursos humanos y económicos.
Debemos ser conscientes de cómo se va estructurando el mundo de hoy, de cómo las personas desde su espacio individual participan en las redes sociales más poderosas, de cómo las instituciones se interconectan en tejidos y redes cada vez más complejos. Hace pocos meses las dos Universidades más fuertes de Boston, Harvard y MIT hicieron un acuerdo revolucionario. Este acuerdo consistió en poner todos sus cursos en el Internet, para poder ofrecer así educación gratis a todos los que tengan acceso a Internet. Para ello cada Universidad aportó 30 Millones de Dólares Americanos. Esto revoluciona el acceso a la educación y abre posibilidades sumamente interesantes, mientras que deja también problemas por solucionar, como es la acreditación académica, etc.
Por nuestra parte el interés apostólico está en configurar el futuro de acuerdo a los criterios del Evangelio, y para ello pienso que el tema de las redes lleva consigo una propuesta audaz. Sugiere que tenemos hoy una extraordinaria oportunidad de ayudar a configurar el futuro, no solamente de nuestras instituciones, sino del mundo, y que la manera de hacerlo es a través de redes. Estas nos irán dando la cobertura y la permeabilidad indispensables para ir logrando aquello de que el bien cuanto más universal es mejor.
Compañía de Jesús – Opción preferencial:
Se me pregunta si la opción preferencial por los pobres sigue siendo una opción de la Compañía de Jesús. La pregunta llama la atención pero presentada desde FyA es razonable, ya que su carisma fundacional es el dolor por y con las personas que sufren carencias severas en la atención de sus necesidades básicas. La educación popular está dirigida a los pobres y las actividades de promoción social pretenden directamente empoderarlos para su auto-liberación.
San Ignacio, a medida que la Compañía de Jesús se fue desarrollando, se fue dando cuenta de la importancia de los Colegios y Universidades para el cumplimiento de su misión y fue dando normas, cada vez más precisas para su fundación y desarrollo. Una condición imprescindible era que los centros educativos de la Compañía, en todos sus niveles, fueran accesible a todo género de personas, en especial a los menos dotados económicamente, para quienes debía ser gratuita. Por eso sólo aceptaba la creación de un centro educativo de la Compañía si estaba fundado económicamente, es decir si la ciudad, una corporación, el obispo o un fundador particular, garantizaba una renta fija anual suficiente para cubrir los gastos de su funcionamiento.
Me alegra mucho constatar que Fe y Alegría ha recuperado la intuición original de Ignacio, adaptándola a la situación actual, con gran creatividad. Los convenios de Fe y Alegria con los Ministerios de Educación cumplen en gran parte la función que en tiempo de San Ignacio tenían los fundadores, permitiendo así el acceso a los centros educativos a quienes tienen menos recursos económicos.
Viendo la situación actual de la Compañía de Jesús, más allá de Fe y Alegría, me duele constatar que hemos perdido en los últimos años algunos espacios en nuestro servicio a las poblaciones marcadas por la pobreza y la miseria: no tenemos la misma capacidad de dar la atención que quisiéramos a nuestros centros sociales; la imagen que la sociedad percibe de nuestra educación no deja ver con nitidez la fortaleza de nuestra dedicación a la educación, promoción y asistencia de los grupos más débiles y socialmente deprimidos.
Pero a pesar de las sombras y, para ser fiel a esta realidad de opción preferencial por los pobres, he de decirles que para mí es muy esperanzador a nivel de Compañía de Jesús, y de sus colaboradoras y colaboradores, constatar que la preocupación por el servicio a los pobres y más vulnerables no es simplemente algo de lo que se ocupe un sector apostólico, sino que en general es una constante presente en todos nuestros ministerios, sean éstos sociales, educativos, de comunicación social, pastorales o espirituales. De hecho sería difícil encontrar un apostolado que no haya introducido esta perspectiva en su planificación y orientación.
Con todo, deseo que FyA se conciba a sí misma y sea percibida por la sociedad como experta en la opción de educación de los pobres y su promoción social. Es posible que el paso y peso de los años nos vayan instalando y acuartelando en posiciones reñidas con el encuentro de los que más nos necesitan. Sólo tendremos fuerzas para permanecer de modo sostenible por opción y solidariamente al interior del recinto de la pobreza si somos fieles al discernimiento ignaciano, a la oración, y a la amistad con estos mismos pobres que nos evangelizan.
Seguramente no somos los Jesuitas los que mejor lo sabemos hacer, pero sí puedo dejar constancia, a nivel de Orden, que en los últimos años he visto echar a andar, en diversos continentes, nuevas iniciativas educativas, especialmente al servicio de los pobres.
Cooperación con otros. El Laicado y las Congregaciones Religiosas:
La colaboración inter-congregacional y laical ha sido la clave del crecimiento de FyA. Es mucho más sorprendente si entendemos que muchos de los jesuitas se han apasionado por el Movimiento estando ya trabajando dentro de FyA. Lo mismo puede decirse de quienes han estado colaborando desde el mundo religioso y laical.
Ciertamente hay otras obras de la Compañía de Jesús que de modo igual o parecido a FyA se han tejido gracias a la estrecha colaboración de jesuitas-laicos-religiosas, obras que se han convertido en fuentes de Gracia tanto para los jesuitas como para nuestros colaboradores. Sin duda podemos entender el hecho de esta colaboración, que se da en dimensión muy notable por la cantidad de personas y por la dispersión geográfica y cultural, como el modo de apoyo mutuo para el cumplimiento de una misión común, en la que cada quien ha recibido el don de acercar el Reino a su entorno y trabaja de acuerdo a su carisma específico. He observado y dicho que está creciendo la colaboración con otros, aunque sigue siendo una realidad desigual en la Compañía.
En los últimos 40 años estamos hablando mucho de esto, pero la realidad es mucho más antigua; desde el tiempo de San Ignacio todo el trabajo de los jesuitas ha sido en colaboración; unas veces reconocida y otras no; el problema y la pena es que cuando se escribe la historia, se pone el nombre del jesuita pero no se pone el nombre de quienes colaboraban con él. Las obras de la Compañía han estado siempre apoyadas, por grandes bienhechores, por colaboradores o por personas que han sabido trabajar y dar todo lo que era necesario para que la obra saliera adelante, y el jesuita, en consecuencia, iba a caballo de muchísima gente que estaba trabajando muy bien.
Hoy esto no solo se ha hecho más visible sino que se ha hecho mucho más claramente necesario. Precisamente, la reducción en números quizá sea providencial para que nos demos cuenta que, con más o menos números, los retos superan nuestra capacidad. Estoy convencido de que los jesuitas solos tendríamos muchos problemas, pero con el laicado podemos seguir soñando, creando, emprendiendo, como en los mejores tiempos de la Compañía de Jesús. O sea que, en ese sentido, espero que esta colaboración con el laicado sea cada vez más profunda y que nos demos cuenta que los problemas que surgen son problemas secundarios. Al mismo tiempo tengo que decir, que hoy día, la mayoría de los jesuitas, cuando hablan de proyectos de formación para la colaboración, siempre añaden “formación de laicos y de jesuitas que trabajan con laicos”, porque, como sabéis, no es tan fácil trabajar con jesuitas; todas y todos tenemos que reeducarnos para saber que nuestro trabajo está, como ha estado siempre pero a veces lo olvidamos, en la perspectiva de que trabajamos para el reino de Dios; no trabajamos para la Compañía de Jesús. En otras palabras, el prestigio de la Compañía de Jesús es, sin duda alguna, una distracción; el Reino de Dios no es distracción: para eso estamos todos y para eso queremos trabajar. Ahí es donde la comunión con el laicado puede ser total y no hay problemas de identidad, no hay problemas de obediencia porque estamos todos trabajando por lo mismo y nos organizamos de la mejor manera posible.
En este tema de la colaboración con los otros es importante capacitarnos en el diálogo del manejo intra e inter-grupal de la identidad y espiritualidad, tema al que FyA ha dedicado sus dos últimos congresos internacionales en Quito y en Bogotá. Es claro que los jesuitas tienen un identidad específicamente e cristiana y católica. Sin embargo, a través de la historia de la Compañía, los jesuitas también se han visto a sí mismos como colaboradores y compañeros con los no cristianos o de otras confesiones cristianas, con todos los hombres y mujeres de buena voluntad; hombres y mujeres de buen corazón. Pienso en la misión en China, donde los jesuitas tenían el Observatorio Imperial o trabajaron como artistas en la Corte del Emperador. O recordamos la colaboración de Matteo Ricci y Xu Guangxi en la traducción de los Elementos de Euclides al chino.
Si bien los jesuitas llevan su propia identidad católica-cristiana a cualquier obra a la que se unen, son conscientes que trabajan por el Reino de Dios, del que la Iglesia es sólo el germen y principio en este mundo. La Compañía de Jesús no tiene una misión propia, que pueda generosamente compartir con otros. La misión de la Compañía es estar al servicio de la misión de Jesucristo, de la misión de Dios, que está más allá de todas las particularidades religiosas y confesionales. Al servicio de esta misión, los jesuitas trabajan frecuentemente con personas que comparten los valores fundamentales del Reino de Dios proclamado por Jesucristo, aunque estas personas no compartan la fe de la Iglesia.
Fronteras:
En los espacios en que se me pregunta por un mayor conocimiento y definición de la “frontera” yo percibo que hay una profunda motivación espiritual de salir de la rutina y disponerse a caminar hacia los lugares de mayor necesidad y transcendencia. Puede ser además, y frecuentemente lo es, que la frontera sea coincidente con el lugar físico y espiritual a los que otros no llegan o encuentran difícil hacerlo. La Compañía de Jesús en 2008, en la Congregación General 35, asumió la petición del Santo Padre a la Compañía de ir a las “fronteras”, al mismo tiempo que insistía en una mejor planificación apostólica. Por ello hace tres años invité a todas las Conferencias a identificar aquellas “fronteras” de misión que les afectan en su conjunto, y a que, una vez identificadas, comenzaran a planificar cómo hacerles frente. Todas las Conferencias han definido ya sus fronteras de misión y veo con satisfacción que en algunas han comenzado la planificación y puesta en práctica de acciones relacionadas con ellas.
Para casi todos ustedes la referencia de los “espacio frontera” lo tienen definido en el Proyecto Apostólico Común 2011-2020 de la CPAL, que tiene un subtítulo inspirador: el de Corresponsables en la Misión. En su misma introducción surge la respuesta de cómo se realiza la integración en los planes estratégicos de las redes y obras apostólicas interprovinciales como es el caso de FyA. Asumo plenamente la respuesta de que “sólo desde una visión global pueden detectarse los lugares más débiles y vulnerables que requieren, por ello, mayor atención”. Me han informado y es de conocimiento general que FyA en el mundo de la educación y de la promoción social está trabajando con espíritu de frontera, a través de sus Programas Federativos, Redes de Homólogos y Comisiones.
Y, específicamente, en cuanto a nuevas fronteras, testigo es el presente congreso, una preocupación especial por la Educación Inclusiva: educación de calidad para todas y todos; Interculturalidad especialmente en el mundo indígena; los graves incidentes sociales debidos a movilidad humana forzada en migrantes, desplazados y refugiados por causa de la violencia; educación especial; y los jóvenes en situación de grave riesgo social.
En cuanto a las zonas geográficas que FyA se plantea como nuevos lugares de trabajo adquieren sentido de frontera por la razón de extrema necesidad que en ellas existe. Ojalá pronto puedan realizar tareas comunes con el hermano país de México, y colaborar con algún otro país de África que vaya acompañando y sumando en aquel continente el proceso pionero de “Foi et Joie Tchad”.
Una frontera que está siempre ante nosotros como reto y como decisión, es la frontera de la Profundidad. A mí me gusta traducir el “Magis” ignaciano como “profundidad”. Creo que es mejor traducción; el problema que veo en traducir “Magis” por “más” es que fácilmente se puede malinterpretar como “más” dentro de una cultura consumista o competitiva. Si tenemos “más” premios, una valoración “más” alta en los ´ranking´, “más“ ordenadores o “más” campos de deportes, “más” profesores con altos diplomas académicos, etc. es muy fácil que nos engañemos y nos creamos que ya tenemos el “Magis” ignaciano en mano. Y no estoy diciendo que estas cosas no son importantes solamente digo que no son suficientes para hacer de nuestros colegios instituciones profundamente cristianas y jesuitas.
A Ignacio le preocupó siempre la profundidad. Estoy seguro que Uds. Han oído muchas veces ya cómo Ignacio gustaba del viejo principio del “non multa sed multum”. Literalmente se traduce como “no muchas cosas, sino mucho”; aparece originariamente en una de las anotaciones de los Ejercicios Espirituales, y se aplica frecuentemente a la Pedagogía ignaciana. A mí me gustaría parafrasearlo como “no cantidad, sino profundidad”; San Ignacio dice “lo que satisface al alma”, en otras palabras, lo que realmente importa en esta tarea de hacerse persona o Cristiano no es saber muchos detalles de conocimiento superficial, sino una captación profunda de lo que es realmente importante para vivir como tal.
Conclusión
Les confieso que Fe y Alegría me ha interesado siempre como una de las mejores iniciativas que conozco en términos de servicio a los pobres y de servicio educativo sin crear dependencias. Me parece extraordinario que en este Movimiento, que agrupa a un gran número de personas e iniciativas, un grupo pequeño de jesuitas, religiosas y laicas y laicos muy comprometidos y responsables esté animando y dando poder a otros para poder realizar un proyecto de grandes proporciones.
¿Qué puede hacer Fe y Alegría en el futuro? Evidentemente, Fe y Alegría tiene los mismos o parecidos retos de educación que tienen otras obras educativas, pero siempre con puntos iniciales de arranque desde situaciones más deprimidas. Una cosa que a mí me da esperanza, es que siempre ha estado abierta a la dimensión internacional y hoy día a la intercontinental. Fe y Alegría es una respuesta excelente para pueblos que están esperando salir de la pobreza o de la ignorancia provocada a veces por la falta de recursos o por otros motivos injustificables.
Sé también que Fe y Alegría está en el Chad desde el año 2007 y se está empezando a extender. Otros países africanos están pensando en incorporar el modelo Fe y Alegría, que es un modelo sumamente creativo y que no requiere las superestructuras que otros modelos de educación requieren. Yo creo que Fe y Alegría puede hacer una contribución muy grande al mundo y no solamente a Latinoamérica.
Un campo emergente en la Compañía, que presenta todos los síntomas de estarse convirtiendo en una preferencia apostólica global, es el acompañamiento pastoral de jóvenes. Se trata de algo que esperamos todavía crezca y de modo cada vez más creativo. Seguro que FyA tiene en este campo una inmensa tarea a realizar.
Mantengan con Fe y Alegría su vocación de educadores populares y promotores sociales, realizando su misión con calidad, ética, espiritualidad e incidencia pública. Demos un rotundo no a la pobre educación, y un sí decidido a la educación de excelencia para los pobres.
La creatividad era un elemento indispensable en la concepción y planificación del P. José Mª Vélaz. De mi parte invito en todos mis encuentros con jesuitas, y me animo a hacerlo también aquí muy familiarmente, a re-crear la Compañía de Jesús, porque creo que cada generación tiene que re-crear la fe, tiene que recrear el camino, tiene que prepararse a re-crear las instituciones. Esto no es sólo un buen deseo. Si hemos perdido la habilidad de re-crear hemos perdido el espíritu. Les animo a recrear FyA!