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Apajimpa advierte un futuro entre picante y dulce

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Fecha: 
12 Noviembre, 2018

Fuente:

Autor: 
Grover Araujo

Apajimpa es una asociación de productores de ají en el municipio de Padilla (Chuquisaca) que, actualmente, cuenta con 85 afiliados - hombres y mujeres. Con añoranza Roger Salazar Paredes, administrador de APAJIMPA, cuenta sobre los mejores momentos de la asociación: “Exportábamos el ají a los mercados de Canadá y Estados Unidos y logramos cubrir los estándares de calidad requeridos, acopiábamos también maní y frejol, había una gran actividad, teníamos más de 400 afiliados. Había mucho apoyo de las instituciones USAID, CARE, ACLO, pero de a poco se fueron yendo y ahora nos quedamos solos”.

Los productores de ají trabajan en pequeñas parcelas, acompañados por sus familiares, con medios de producción no tecnificados, con bajos rendimientos productivos, estando expuestos a todas las inclemencias del tiempo: heladas, sequías, lluvias, granizadas, etc.  “Recuerdo un tiempo en el que el ají estaba en su mejor precio, los productores habían cultivado en todo lado, el ají ya había sido cosechado y estaba tendido para su secado; justo durante un mes no tuvimos sol, la neblina y ch´ilcha arruinaron más del 70% de la producción, era para llorar y para dejarlo todo” nos cuenta Rubén.

Ahora el precio del ají está bajo comenta Rubén y nos aclara que el ají peruano es una competencia fuerte porque están produciendo a mayor escala y sus costos de producción están a la mitad del precio de producto local, a la par que inundar el mercado nacional.  “Están en La Paz, Camiri, Villamontes, Sucre, etc. e introducen el ají, principalmente, por contrabando en vaina y molido”, expresa.

¿Pero cuál es la ventaja del ají de la zona y los problemas que hay que atender? Sobre estos temas nos explican que el ají de la zona es puro y que no tiene añadidos pero los problemas son varios y de corte estructural  como: la pequeña propiedad de la tierra que no permite tecnificar el campo, la bajísima productividad, con medios de producción rudimentarios; a lo que se suma la poca disponibilidad de tierra agrícola, que se limita a las laderas de ríos de la accidentada zona geográfica, las consecuencias del cambio climático que traen escasez  de lluvia (cuando llueve lo hace torrencialmente y en un corto período de tiempo), poco acceso a riego en general y la ausencia riego tecnificado en particular, el bajo nivel de educación del productor, no sólo en la parte técnica, sino también en la humanística -en gran parte sólo tienen educación primaria-; otro problema es la falta de conocimiento del manejo técnico del ají, el contrabando de ají y la desprotección del mercado nacional.

En la conversación con  Roger nombramos algunos de los problemas y ya nos sentimos agobiados por la dimensión y el desafío que representan encararlos seriamente. A estas alturas, personalmente no creo que la solución debe ser bien pensada y no poner parches a los problemas. Vimos que las acciones que APAJIMPA tiene una enorme cantidad de lecciones que es necesario sistematizar y aprehender. APAJIMPA necesita reingeniería, reconstruirla y reorientarla, caso contrario podría debilitarse ya que su realidad es compleja y abrumadora. Salimos de la entrevista con más preguntas que respuestas.

Compramos ají, a eso viene la gente aquí nos indica Roger, y nos tuvo paciencia para esta entrevista, nos respondió a todas nuestras preguntas con mucha confianza y sobre todo con mucha esperanza.

APAJIMPA ofrece: ají rojo dulce, amarillo dulce, rojo semi-picante, amarillo semi-picante y amarillo ladrilllo, el precio entre está entre 55 y 60 Bs/kg.  En nuestra gastronomía es infaltable el ají, como en el picante de pollo, el freído, ají de patas, el saice o el rico mondongo. El ají brinda un intenso color y sabor a nuestras comunidas.