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La UCB apuesta por la formación por competencias

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Fecha: 
21 Enero, 2013

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¿Cómo formar profesionales competentes para el mercado en estos tiempos de cambio que integren la teoría con la práctica y a la vez respondan a un proyecto académico coherente actualizado? La Universidad Católica Bolivia apuesta por su proyecto a partir de este semestre.
 

La crisis en la universidad, síntomas y causas

Se ha vuelto algo común hablar de crisis en la universidad boliviana, ya sea pública o privada, y ello debido a varios síntomas. En 2007, el Programa de Investigación Estratégica de Bolivia (PIEB) publicó los resultados de una investigación sobre las 53 universidades bolivianas (38 privadas, 12 públicas y 3 de régimen especial), cuyas conclusiones señalaban que las mismas vivían una crisis “de calidad, transparencia y pertinencia”.

Ello debido a dos causas principales: el mercado educativo mismo estaba en crisis porque el diploma “ya no aseguraba el empleo”, debido a la excesiva oferta de profesionales y técnicos (15 mil graduados al año en toda Bolivia), la reducción del aparato estatal, y los nuevos requerimientos laborales.

La otra causa era la baja calidad de la enseñanza en razón de una práctica docente sin producción de nuevo conocimiento.

El mismo año, el reconocido intelectual portugués, Boaventura de Sousa Santos, publicaba en Bolivia el texto: La universidad en el Siglo XXI. Para una reforma democrática y emancipatoria de la universidad. Santos mencionaba que la crisis universitaria era de alcance mundial y tenía tres facetas: crisis institucional; crisis de hegemonía “por la creciente descaracterización intelectual”; y crisis de legitimidad “por la creciente segmentación del sistema universitario y por la creciente desvalorización de los diplomas”.

El panorama en la comunicación

La anterior situación no es ajena a la formación en ciencias de la comunicación, donde también existe una sobreoferta de carreras y graduados (la Asociación Boliviana de Carreras de Comunicación, ABOCCS, contó para el 2012 la existencia de 44 carreras en todo el país), así como poca producción científica, restringida casi únicamente a la producción de trabajos de titulación.

Por su parte, el profesor de la Universidad Católica de Cochabamba, Fernando Andrade, hablaba en el 2010 de un “déficit en las carreras de comunicación”. Sin referirse específicamente a una crisis, Andrade lamentaba la disminución de la “sensibilidad social” de la formación en comunicación “por cierta tendencia a lo técnico”, como “mal endémico” de la disciplina.

La apuesta por la formación por competencias

En esta situación, el año 2010, la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UCB de Cochabamba se planteó del dilema de cómo seguir formando profesionales competitivos y actualizados para el mercado pero que, a la vez, no perdieran la esencia de lo católico que caracteriza a la institución.

La respuesta consistió en un retorno a lo fundamental pero impulsado por un movimiento renovador de la educación en Latinoamérica: la formación por competencias a partir del Proyecto Alfa Tuning, que coordinaba los esfuerzos de varias universidades para “identificar e intercambiar información y mejorar la colaboración […] para el desarrollo de la calidad, efectividad y transparencia”.

Así, la UCB planteaba “anclar el currículo en las prácticas sociales, porque ya no se trata solamente de combinar la teoría con la práctica, sino de hacer que la enseñanza reproduzca prácticas profesionales que el egresado deberá desarrollar al interior y exterior de la universidad.”

En otras palabras, volver a la práctica que antes se hacía en los estudios o talleres, donde los maestros enseñaban a los aprendices no solo el oficio, sino también la práctica y el comportamiento adecuados para su desempeño. Aunque todo ello con una visión del siglo XXI que integraba los valores de la institución a la demanda del mercado.

Un proceso de dos años

La elaboración del proyecto cambio curricular de la carrera de comunicación de la UCB se realizó en un proceso de dos años en el que participaron más de un centenar de personas. Se comenzó con el diseño del proyecto, en un proceso compartido con docentes, expertos, actores sociales, del mercado y de la Iglesia Católica, para luego afinarlo entre las carreras de comunicación de la UCB de Cochabamba y La Paz.

Fue un trabajo de miles de horas que pretende moldear al nuevo comunicador para el siglo XXI, como un profesional que “puede intervenir para transformar la realidad desde la comunicación, mediante la producción de investigaciones, planes, medios y mensajes en diferentes soportes con valores cristianos, ética social, respeto a los derechos humanos, principios democráticos, actitud proactiva, creativa y emprendedora, en la constante búsqueda y divulgación de la verdad para el bien de la sociedad.”

El nuevo rediseño curricular

El nuevo currículo que se aplica desde este semestre en la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UCB de Cochabamba apuesta por la formación por competencias, como una conjunción entre teoría y práctica. Se ha cambiado prácticamente la totalidad de los contenidos de las 46 materias que comprende la licenciatura, que ahora incluye conocimientos que integran varias áreas en lugar de la formación “por disciplinas” que de hacía antes.

Así tenemos materias cuyos nombres nos pueden sonar extraños, como “Investigación Transdisciplinaria”, pero que tienen el objetivo de ir acompañando la formación del estudiante investigador a lo largo de paradigmas y lógicas investigativas, no sólo con la reflexión sobre los mismos sino con la producción gradualmente complicada de textos universitarios.

“No hay materia sin práctica”, señalan los directivos de la carrera y hacen énfasis en que esto vale incluso para las asignaturas consideradas “teóricas”. Finalmente, nos recuerdan que la carrera mantiene su alta especialización en formación audiovisual y su oferta de posgrado con la única maestría en comunicación que se dicta en la ciudad de Cochabamba, la misma que incluye dos diplomados (Investigación y Diseño de Proyectos), con un alcance nacional, por su carácter virtual.