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Aneth Maras confiesa que le faltaba un poco de fe en ella misma

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Fecha: 
28 Noviembre, 2018

Fuente:

Autor: 
Denisse Hanna

Aneth Maras  Vargas (31 años) cuenta que ella se alejó de los estudios porque no tenia los recursos económicos necesarios pero que, cuando fue admitida en el curso de Gastronomía Básica en una de las Escuelas Manq’a,  esto le permitió “soñar con los ojos abiertos”, a la par de pisar lugares extraordinarios como hoteles y restaurantes donde obtuvo experiencias diversas.

Debemos indicar que las Escuelas Manq’a (vocablo aimara que significa comida) son una novedosa iniciativa que capacita en cocina y emprendimientos a jóvenes de segmentos vulnerables en situación de riesgo, beneficiando a más de 3000 jóvenes en Bolivia y Colombia. 

Aneth llegó a Manq’a hace poco más de un año y, el Chef a cargo, le tomó el examen advirtiéndole que posiblemente no la aceptarían por su edad.  La evaluaron y, el mismo Chef, le llamo para comentarle que fue admitida. “Agradezco al cielo por pertenecer a Manq’a donde me enseñaron cortes, cocciones, emplatar, hacer salsas y otras cosas más en gastronomía”.

Mientras estudiaba, recuerda Aneth, que trabajó de forma eventual en las áreas de servicios de hoteles y, algunas noches, también fue mesera en eventos; situación que le que le permitió solventar sus gastos de transporte y ayudar a sostener a su familia.  Ella es casada y tiene un niño.

“Veo mi vida diferente”

Con lágrimas en los ojos Aneth admite que, en un principio, tenía muy poca fe en ella misma y que tampoco se imaginaba llegar a un técnico básico.  “Ahora veo mi vida diferente”, expresa con firmeza y señala que lo que aprendió le hace sentirse que está creciendo profesional y personalmente.  Igualmente, agradece a su madre quien la ayudo en este camino.

Platos fuertes

Conversando sobre las especialidades que logró en la cocina, Aneth revela que le gusta preparar “platos fuertes”, con sabores intensos e investigar sobre productos bolivianos poco conocidos.  Algunos de los platos que prepara y que le encantan son la fritanga, un lechón al horno bien condimentado o platos internacionales como el rule de pollo o cerdo con una deliciosa salsa diabla.  “Tantas cosas que aprendí aquí en Manq’a que es, por esta razón, que siempre recomiendo que la gente se anime a estudiar, a inscribirse en los cursos que se ofrecen cada cinco meses o tomar algún curso para especializarse y seguir aprendiendo”, explica.

La inspiración para preparar algunos deliciosos platillos, según nos cuenta Aneth, fue gracias a los docentes que tuvo en Manq’a, los chefs Gabriel Kenta Vargas y Dina Mamani.

Rumbo a un restaurante con sabores nuestros

Aneth actualmente trabaja en el área catering en Manq’a y regularmente atiende diversos eventos ofreciendo variedad de platos, postres, jugos y otros de acuerdo a solicitudes que los clientes demandan. 

Asimismo, nos comenta que ya tiene en mente un emprendimiento conjunto, con seis de sus colegas amigos, y que será una iniciativa sorpresa que saldrá en un tiempo. “Si bien hay mucha competencia, si uno ofrece producto bien elaborado, fresco y exquisito el cliente va a volver… uno debe tratar a los clientes como desea ser tratado”, explica.

Entusiasta nos expone que en Bolivia contamos con productos que muchas veces no son valorados y que los profesionales que se dedican al área de la gastronomía tienen que investigar bastante, saber qué es bueno para la salud, qué requerimientos nutricionales tienen los jóvenes, los adultos o una persona con alguna deficiencia en su salud. “Por ejemplo la achakana es un tubérculo que es espinoso y que, actualmente, no está siendo explotado …tiene mejores cualidades nutricionales que la quinua.  Otro ejemplo también es la tuna que en una sopa calientita sirve para bajar la glicemia a las personas que tienen diabetes”, nos cuenta Aneth a momentos de expresar que en su profesión son también como médicos y deben conocer e investigar temas referentes a la salud humana.

Al finalizar nuestra conversación reitera que uno tiene que tener una mente soñadora, que es importante imaginarse dónde uno quiere llegar, pero que también se necesita el apoyo de la familia.  “Hay que ser perseverantes, aunque se tengan tropiezos”, concluye.

Nota. Aneth Maras participó en el encuentro de Mujeres Emprendedoras realizado en la ciudad de El Alto que fue promovido por la Red de Jóvenes de Emprendimiento y Empleabilidad, mismo que contó con el apoyo del proyecto Formación técnica profesional de la Cooperación Suiza en Bolivia que es ejecutado por el consorcio Swisscontact-FAUTAPO.